Madrugones como si fuera a trabajar con la diferencia que despues de comer tocaba siesta, si de esas que se te van de las manos y que cuando abres un ojo te das cuenta de que el sol esta ya bajo.
Ha sido un paisaje increible, olivos hasta donde alcanza la vista, estrellas en su cielo, de fondo unos lobos que ahullan hasta zorritos que se acercan a lo mas parecido a la civilizacion que habia cerca.
Largos paseos por la sierra, y muy a mi pesar, bichos, muchos bichos de esos desagradables; aunque no todos los bichos fueron asi.
Aguas cristalinas en la que poder bañarse y fresquita para beber y sobre todo mucha calor, no olvidemos que aunque esta en la sierra es el sur.
Tambien hemos tenido momentos de relax en el Hotel Zahara de los Olivos, donde en su zona de relax puedes llegar a sentirte como cualquier reina y momentos romanticos en su zona chillout por la noche alumbrados unicamente por una luna llena increible.
Para desconectar de tanto olivo nos escapamos unos dias a Malaga, mi Malaga esa tierra de arte que se encontraba en visperas de feria y que tiene ese olor y ese sabor que ninguna otra provincia de españa lo tiene.
Estuvimos visitando lo mas representativo de la capital, La Manquita (Catedral de la Encarnación), la plaza del obispo (residencia del actual obispo de Malaga), Teatro romano, la plaza de la Merced donde se encuentra el obelisco en homenaje al General Torrijos. Visitamos tambien el teatro Cervantes y paseamos por el centro de la ciudad .
Estuvimos de tapas por la calle Larios, especialmente vacia ahora que todavia no ha empezado la feria.
Cenas en la playa con espetos y pescaitos tipicos de la zona en una terraza inmejorable donde el suelo que pisas es la arena, luna llena y las olas del mar de fondo, eso es media vida.
Nos han faltado dias, para poder estar en la Feria, pero todo no es posible.
Asi que haciendo un gran resumen, mas de 3000 kilometros, recuerdos en la maleta, momentos vividos y nuevos amigos que se vienen para Barcelona.
Palacio Episcopal
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